ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Un retrato grotesco del marchante Pere Mañach de Picasso


Anverso y reverso de «La Gommeuse», de Picasso - SOTHEBY'S
ABC Nueva York - 04/11/2015 a las 20:26:45h. - Act. a las 22:21:22h. Guardado en: Cultura , Arte
Picasso pintó «La Gommeuse» en 1901 en su taller del Boulevard de Clichy en París. Pertenece a su etapa azul, color que se instaló en sus obras tras el suicidio de su amigo Carles Casagemas. Hay patetismo, introspección y carga sexual en la obra. La restauración en 2000 reveló un retrato grotesco de Pere Mañach, su primer marchante, en el reverso de la tela, que había permanecido oculto durante un siglo. Es una de las pocas obras maestras del período azul de Picasso que aún queda en manos privadas. Sale a subasta hoy en la sala Sotheby's de Nueva York. Su precio estimado: entre 50 y 60 millones de dólares. Parece difícil que pueda batir su actual récord: 179,3 millones de dólares, alcanzados este año por «Las mujeres de Argel (Versión 0)».
En primer plano aparece una cabaretera de París desnuda, adornada únicamente con una flor roja en el pelo y un pañuelo del mismo color en el cuello. En el reverso del lienzo, Pere Mañach, con una dedicatoria: «Recuerdo a Mañach en el día de su santo». Lo pinta con un turbante de rayas rojas y amarillas, cuerpo femenino y orinando. La teoría de algunos expertos sugiere que Picasso estaba enfadado con Mañach durante el verano de 1901 y que rompieron su relación profesional. Se especulado con la posibilidad de que Picasso quisiera mostrar su enfado o desacuerdo con él a través de este retrato. Mañach pudo vender «La Gommeuse» a Ambroise Vollard, su nuevo marchante. La obra ha pasado por varias manos, entre ellas las del cineasta Josef von Sternberg, director de «El ángel azul». En 1984 lo adquirió el magnate del petróleo William I. Koch, que entonces pagó por él casi 2 millones de euros. Ha permanecido en sus manos desde entonces.