ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

jueves, 30 de junio de 2016

PACTAR ES CEDER. El juego del ajedrez.





Queremos que Rajoy ceda en sus pretensiones de imperio, que cesen los recortes y que haya bienestar social y poder adquisitivo para que la economía se revitalice. Porque es muy siempre: Si yo no consumo tú no trabajas.

Los españoles en las elecciones generales del 20 D y 26 J, hemos dicho por activa y por pasiva que no queremos una mayoría absoluta de un gobierno para que tenga carta blanca en hace y deshacer, sino que hemos dicho que queremos un gobierno de coalición de los partidos constitucionalistas, por eso hemos dado un porcentaje de 137 diputados al PP, 85 al PSOE, 71 a Podemos (oposición) y 32 a Rivera, para que, de alguna forma negocien y se entiendan, y así sería en una 3º o 4º o enésimas elecciones. Es decir que los partidos han de comprender de una vez, que están condenados a entenderse y hacer políticas más sociales, menos recortes y más actividad mercantil y laboral.

Los españoles hemos dicho que los partidos negocien, y por si no lo saben: negociar es ceder, y tomar posiciones. Los tiempos del rencor se tienen que acabar, eso de las dos Españas enfrentadas desde la guerra civil se tiene que acabar. Y eso de la derecha retrograda y la izquierda progresista, además de que es una entelequia, no es verdad, son posicionamientos despectivos para simplificar un posicionamiento en el teatro de la guerra política. Un ejemplo lo tenemos en el juego de ajedrez, ni las 16 piezas blancas son mejores que la 16 negras, ni a la inversa. Un buen jugador con fichas negras te puede dar un mate, si te despistas en 5 ó 6 jugadas.

Por ello, ni las derechas son fichas blancas, ni la izquierda con fichas negras. Lo que sucede es que en el lenguaje (semántica conductiva) de algunos trasnochados políticos lo de derecha y de izquierda se repite con excesiva frecuencia -para simplificar- y ellos mismo acaban creyéndoselo, como el embustero que se cree sus propias mentiras, pues con el tiempo el cerebro deja de distinguir entre las verdades y la mentiras.

Al pueblo llano, le importa poco esto posicionamientos ideológicos, porque lo que desea es que se soluciones sus problemas, y en realidad, excepto los militantes de partidos, votamos como haciendo pruebas de laboratorio, jugando con las probetas y las redomas de los políticos, para ver que reacción químico-gubernamental nos puede ser más favorable.

Ahora toca negociar, pactar y formar gobierno. Rajoy se deja asesorar por la dura de  Soraya, que ha de encontrar los puntos de inflexión para negociar a 3 a 4 o 5 bandas no importa el resultado ha de ser un gobierno antes de finales de julio, pues de lo contrario los españoles no lo vamos a perdonar.

Nosotros queremos negociación, queremos que las leyes se discutan, que la flexibilidad en el mercado laborar pero sin perder derechos. Queremos abandonar el gobierno por medio del Real Decreto, por la negociación de las fuerzas sociales, sindicatos y empresarios. Rejas para los corruptos. Queremos pactos que conciten empleo, sociabilización de los sistemas, políticas progresistas que confluyan en el interés de los españoles. Porque es un error pensar que los votantes le soluciones los problemas a los políticos. No se pueden descargar las decisiones políticas, o la incapacidad de pactar en los votantes, y esperar un milagro de una mayoría, porque mientras más se prolongue la situación de incertidumbre, más se debilitarán los líderes políticos, y acabaron todos yéndose a sus casas con un cabreo descomunal e imprevisible por nuestra parte.

Por ello, toca pactar, que es ceder. Y es lo que queremos que Rajoy ceda en sus pretensiones de imperio, que cesen los recortes y que haya bienestar social y poder adquisitivo para que la economía se revitalice. Porque es muy siempre: Si yo no consumo tú no trabajas. 

Seguiramente Pedro Sánchez consultará con la militancia del PSOE, para eludir responsabilidades. Lo que demuestra su falta de liderazgo.

Ramón Palmeral. Desde mi pecera.

VER MI ARTÍCULO: "La argumentación en el pensamiento político y la negociación".

martes, 28 de junio de 2016

Más Europa, y menos brexit. Empleo para los jóvenes. Contratación, Trabajo. No recortes


 Europa ha de hacer una lectura sería de por qué el Reino Unido ha decidido dejar el club de los 28 países de la Unión Europea -tiendo en cuenta que ni pertenecía al € euro ni a Shengel- solamente se beneficiaba de los acuerdos comerciales no arancelarios.

Los años en que Alemania impuso el sistema de los recortes ante la crisis económica fue la causa de nuestro empobrecimiento, de los despidos, parados y de los bajos salarios, e impuso un tope al endeudamiento de los países miembros. Los recortes no se debe volver a repetir, pues de lo contrario nacerán nuevos partidos populitas, podemos y otros, para intenar salir de Europa. Lo cual sería catastrófico económicamente en un mundo globalizado, y donde una orden comercial de Shangai, Tokio o Nueva York, te hacen perder miles de millones de euros en un día.

Por ello, Europa ha de dejar de ser menos económica y más social. Debe dar ayudas a los jovenes para que estudien y se preparen, pues la cultura y la educación son los pilares de la sociedad industrial e informática en la que vivimos. Consiguiendo emleo para los jóvenes, los populimos descenderán y se podrá construir una Eurpoa de progreso. Estos jóves descointentos son los que votarán el día de mañana por la unidad, la permenancias o los bexist´s. Porque el futuro es de ellos.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, por su parte, declaró en la reunión previa de los socialistas europeos: «Nos hemos despertado un poco perplejos el día después del referendo, preguntándonos si hace falta una Europa que sea más de valores, no solo de valores económicos y financieros».
«No podemos estar de la noche a la mañana hablando de bancos y finanzas; tenemos que hablar de la Europa de lo social, de las escuelas, de los museos, de la innovación. Europa es esto, no es solo procedimientos y burocracia», recalcó.
«Si de nuestra parte aceptamos finalmente el reto de una Europa más capaz, de valores intensos, sociales, una Europa con alma y que no solo mire la cartera, creo que paradójicamente el shock del brexit podría tener un efecto positivo», señaló. «Los británicos han votado. Punto. Se pasa página», remarcó

Artur Mas se sentará en el banquillo por la consulta ilegal del 9-N. Que la ley sera igual para todos.

El juez manda a juicio a Artur Mas por la consulta del 9N

El expresidente catalán irá al banquillo junto a Joana Ortega e Irene Rigau por desobediencia y prevaricación

28.06.2016 | 12:44
Artur Mas, en una imagen de archivo.


El magistrado que investiga la causa del 9N ha finalizado la investigación del caso y ha concluido que debe seguirse la acusación contra el expresidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas, la exvicepresidenta del Govern Joana Ortega y la exconsellera de Enseñanza Irene Rigau por presunta desobediencia y prevaricación administrativa.
El juez de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha acordado trasladarlo a las partes para que soliciten la apertura del juicio y presenten los escritos de calificación o pidan el sobreseimiento de la causa, ha informado este martes en TSJC en un comunicado.
El magistrado ha desestimado la petición de sobreseimiento que habían solicitado las defensas de los investigados por la organización de la consulta sobre la independencia del 9 de noviembre de 2014.

Este grupo de Unidos Podemos pretendía liderar el gobierno de España

Este grupo de Unidos Podemos (con un corazoncito de amor en la o), que tiene detrás la bandera de la libertades como es la bandera de los gay y lestiabas pretendía liderar España. Y se han quedado morando, sin encontrar explicación a su derrota de perdida de 1.200.000 votos. La derrota no necesita un informe, la culpa fue de la unión de dos ideas distintas: los rojos y lo morados..

¡De menudo peligro nos hemos librado!, nos hemos librado de una época de terror como en la revolución francesa.

El grupo de la coleta más Alberto Garzón quien pretendía un referéndum para sacarnos del Euro yu de Europa. Iglesias que pretendía una negociación con la Eurozona para aumentar los plazos para pagar. Y además protemido referémdum de independencias en Galicia, País Vasco, Cataluña y la regiones que insistieran mucho.
Los comunistas descontentos con la unión con Podemos se han quedado en casa, son más inteligentes de lo que pesamos.  Alberto le preocupaba mucho su sillón de diputado que otra cosa, porque es lo único que tiene. Con el tiempo se vendrá la división y las culpas, y seguramente se pase al Grupo Mixto. Ya se lo dijo su padre "Iglesias no me gusta".

Pablo Iglesias rebaña votos donde los hay, y no le impoba la calidad del voto. No se entera que el deseo de la unidad de España está por encima de la corrupción y de otros errores políticos.
Los recortes fueron terribles, pero venían de la Merkel, ahora con el "brexit" del Reino Unidos la ideal social del la Unión Europea cambirá. 

Yo ya dije el 5 de mayo, de cómo iba a desaparcer IU. LEER
La Alberto Garzón lo echararán los de su propios partido, para volver a la comunismo más ortodoxo, porque este grupo de ciudadanos se han quedado sin partido que les represente, y deben tenerlo, porque así es la democracia, todos hemos de estar.

Todos lo cambios son necesarios, pero nunca radicales, de la noche a la maña, y ponerlo todo patas "arriba".


Confirmado: dirigentes de IU boicotearon el voto a Podemos

Coordinadores locales de Madrid, Andalucía, Asturias... promovieron la abstención o el voto a otros partidos. En el Senado solo marcaron la casilla de los candidatos de Izquierda Unida

lunes, 27 de junio de 2016

Dimisión, dimitir. Deberían dimitir Pedro Sánchez y Albert Rivera

Mapa de España tras las elecciones del 26-J
Ha ganado Mariano Rajoy. Los obstáculos para gobernar son Pedro Sánchez y Albert Rivera, que deberían dimitir por los malos resultados del PSOE y Ciudadanos en  las elecciones del 26-J.  Los españoles que le han dado 137 diputados a PP, quieren estabilidad y moderación, más experiencias. Y algo muy importante la unidad de España, que está por encima de todo. Pedro Sánchez tiene un bonito juego de caderas pero no sabe regatear. Y Albert Rivera tiene buen pase de pasarela rodeado de chicas guapas, pero le faltan muchas tablas.

Pablo Iglesia (el de la Coleta -así como te llaman el pueblo llano) tiene que seguir chupando banquillo, tiene un electorado fijo de gente joven y parados, y tiene un peligro la propuesta del referéndum en Cataluña, que sigue como antes en el error de que las cosas se arreglan con política, y no es cierto, se arreglan con trabajo, necesitan un par de generaciones para darse cuenta que son españoles con identidades propias, pero no diferenciales. Julio José Rodríguez, el ex-teniente general con pretensiones polítcas de izquierda con Unidos Podemos en Almería se ha dado el zarpazo y no saca escaño, sin apoyo comunistas, que se han abstenido, era lógico.

Izquierda Unida desaparece como estaba previsto, cada día hay menos comunistas marxistas. Y los de País Vasco a lo suyo con sus complejos de antiespañoles. Alberto Garzón se quieren salir del €.

El pesebre del PSOE, en Andalucia se ha acabado, de ocho provincias les han quedado tres, la Jaén profunda de los aceituneros altivos, Huelva y Sevilla, refugio de los dinosaurios de la Junta de Andalucia, porque en esta comunidad se apuntaron al inmovilismo y ha de cambiar, pues de lo contrario se convertirá en un dictadura bananera. A Susana Díaz se le ve más pragmática y sosible sucesora de Pedro Sánchez.

PACMA, el partido en pro de los animales ha sacados cerca 285.000 votos en toda España, pero no ha sacado escacho, por la ley electoras, a pesar de haber sacado más votos que el PNV, Bilbu o CC.

España es un gran país que tras el brexit del Reino Unido tomará más poder y fuerza dentro de Europa.

Queda mucho por hacer como finiquitar la corrupción, más puesto de trabajo, mejor sanidad, mejor educación y mejores sueldos y pensiones, para mejorar el poder adquisitivo, pero el camino es el adecuado. Reformas administrativas y constitucionales. Más Europa. Una Europa que se deje de recortes y entre a solucionar problemas sociales.


Ramón Palmeral


 El timo de las escuestas electorales:

 Las encuestas se equivocaron porque son un fraude, no se hacen a pie de urna, costaría mucho dinero. En mi colegio a las 10 de la mañana no había ningún encuestador en la puerta. Son estrategias de la prensa y de TVE para acojonar al personal, y están dirigidas. Dicen que no contaban con la baja abstención, excusas, si lo de la baja participación se sabñíam por la hartura de poltíca. No más estimaciones de votos, por favor.
 Las previsiones voto y los resultados del 26-J:



A mí nadie me hace caso, pero si hubiera unas teceras elecciones en diciembre, que Dios no lo quiera, el PSOE perdería diez escaños más, Podemos sin Unidos, se quedaría lo mismo, Ciudadanos se quedaría con 5 diputados, y Rajoy ganaría la mayoría aboluta.

Se habla estos días sobre el sistema electoral español (Ley d´Hondt). A continuación muestro un esquema de ABC (L.Cano) cual hubiera sido el resultado electoral de 26-J, de haber tenido otros siestema como el de Circunscripción única, sistema italiano, alemán o el de lso EE.UU.


domingo, 26 de junio de 2016

‘Brexit’: reflexiones sobre una gran derrota. Timothy Garton Ash. El País

TRIBUNA

‘Brexit’: reflexiones sobre una gran derrota

El ‘Brexit’ es una victoria de fuerzas populistas y una derrota de los partidarios de seguir en la UE que no supieron vencer a la demagogia
















Reino Unido tiene tan pocas posibilidades de irse de Europa como Piccadilly Circus de irse de Londres. Estamos en Europa, y en Europa nos quedaremos. Gran Bretaña ha sido siempre un país europeo; su suerte ha estado indisolublemente unida a la del continente y siempre lo estará. Sin embargo, va a abandonar la Unión Europea. ¿Por qué?



He aquí una verdad absoluta: nadie sabe qué va a ocurrir, pero todo el mundo sabe explicarlo a posteriori. Sólo con que el 3% de los más de 33 millones de británicos que han votado en este referéndum hubieran cambiado el sentido de su papeleta, ahora estaríamos leyendo artículos sin fin que nos dirían que, al fin y al cabo, lo importante era "la economía, estúpido", que a la hora de la verdad había triunfado el pragmatismo británico, etcétera. De modo que conviene tener cuidado ante los engaños del determinismo retrospectivo. Siempre es un misterio qué empuja a millones de votantes a tomar su decisión. El misterio de la democracia.
Este resultado no tenía nada de inevitable; lo único inevitable es la muerte. Durante la campaña se vieron en televisión muchas imágenes aéreas de los acantilados blancos de Dover (los helicópteros locales deben de haber hecho un buen negocio). Es verdad que ser una isla es especial, pero geografía no equivale a destino. Después de la invasión de los normandos, durante siglos, los gobernantes de Inglaterra consideraron que el país, junto con sus posesiones en Francia, formaba una comunidad a ambos lados del Canal. Igual que sucede en las relaciones personales, es posible estar juntos pero separados, o separados pero juntos.
La Historia importa. Cuando los británicos lamentan que las leyes europeas anulen las inglesas, se oyen ecos del Acta de Restricción de Apelaciones firmada por Enrique VIII en 1533, que proclamaba que "este reino de Inglaterra es un imperio". Ayer, Roma, hoy, Bruselas. Cuando un tendero me dice que "debemos gobernarnos a nosotros mismos", está apoyándose en una tradición de soberanía parlamentaria que se remonta a la revolución inglesa del siglo XVII e incluso más atrás. Es una situación distinta, por ejemplo, de la de Alemania, que está acostumbrada, desde el Sacro Imperio Romano Germánico, a tener múltiples capas de autoridad, desde la ciudad medieval con sus propias leyes hasta un Reich compuesto por múltiples estados.
Ahora bien, el pasado no determina nuestra forma de actuar en el presente. Cuando los historiadores alemanes trataron de averiguar por qué su país había recorrido su desastroso "camino particular", su Sonderweg, a finales del XIX y principios del XX, señalaron el contraste con Gran Bretaña, que, en comparación, era un modelo de normalidad europea.
Es decir, no somos los únicos que son únicos. No hay una Gran Bretaña excepcional a un lado y un puñado de países europeos casi idénticos al otro. Gran Bretaña, con su Estado de bienestar y su servicio nacional de salud, es, en muchos sentidos, un país europeo típico de la posguerra. Todos los demás miembros de la UE tienen su propia relación, complicada y a veces tensa, con la idea de Europa y la imperfecta realidad de la Unión.
Sí es cierto, no obstante, que, a diferencia de casi todos los demás países europeos, el Reino Unido no sufrió en su propio territorio (salvo en las Islas del Canal), durante el siglo XX, las aleccionadoras experiencias de la guerra, la derrota, la ocupación ni la dictadura fascista o comunista. Cuando se unió a la Comunidad Económica Europea, en los primeros años setenta, lo hizo sobre todo como respuesta a un relativo declive económico y político. Su relación con lo que hoy es la UE, en general, ha sido más bien transaccional, en función de que la economía del continente fuera bien. Gran Bretaña ha sido, para ser sinceros, un amigo que ha querido estar sólo "a las maduras".
Por encima de los acantilados blancos, Enrique VIII y los años setenta, lo más importante es Margaret Thatcher. No la Thatcher que llevaba un jersey lleno de banderas y el lema "Europa o nada" durante la campaña para la permanencia en el referéndum de 1975, ni la primera ministra de los años ochenta que impulsó el mercado único, sin el que nunca habría podido haber una moneda única que después tuviera un recorrido tan catastrófico en nuestros días. No, me refiero a la Margaret Thatcher de años después, la que se arrepentía y mostraba una aversión emocional cuando habla en sus memorias del "enfoque esencialmente anti-inglés" de la Comunidad Europea y que citaba un poema de Rudyard Kipling sobre los normandos y los sajones: "Cuando se alza como un buey en el surco, con sus ojos hundidos fijos en los tuyos, / y gruñe: 'Esto no es justo', hijo mío, deja en paz al sajón". Esta es la Thatcher a la que vi en una reunión memorable que organizó para debatir la unificación alemana en Chequers en 1990, con su imagen mental de un continente encerrado en un bucle de 1940 (Alemania mala, Francia débil) y su resentimiento contra Helmut Köhl porque había sido más listo que ella. Y también a la Thatcher de los últimos tiempos, que, según su biógrafo Charles Moore, era partidaria de que Gran Bretaña se fuera de la Unión.
Su legado ha creado dos generaciones de políticos y periodistas euroescépticos en el circuito cerrado de Westminster. Algunos eran periodistas y se hicieron políticos: Michael Gove, Boris Johnson. Un amigo me contó una vez una anécdota de Johnson, cuando era corresponsal en Bruselas de The Daily Telegraph: llegó tarde a una conferencia de prensa y preguntó entre gruñidos: "Vale, decidme qué pasa y por qué es malo para Gran Bretaña". Siempre fue un escéptico. Salvo que antes me parecía divertido.
Otros son periodistas que se comportan como políticos y se dedican a servir medias verdades y completas mentiras. El grado de sectarismo y distorsión de la prensa británica, desde el titular "La Reina respalda el Brexit" de The Sun hasta la primera página del Daily Express que anunciaba que la UE iba a prohibir las teteras británicas, no tiene parangón en Europa. Y tiene tanto poder porque se ha construido, día tras día y año tras año, a partir de un relato emocional y seductor sobre la isla osada y amante de la libertad que se convirtió en un gran imperio. Cuando Johnson declaró su apoyo al Brexit hace tres meses, después de haber dado vueltas "como un carro de supermercado" mientras intentaba decidir qué le convenía más, escribió que "antes, gobernábamos el mayor imperio que ha conocido el mundo... ¿de verdad somos incapaces de lograr acuerdos comerciales?". Gove, también un escritor y orador de gran talento, ha dicho lo mismo de distintas formas. Este optimismo nostálgico es el canto de sirena de los Brexiteers: hubo un tiempo en el que fuimos grandes sin ayuda de nadie, de modo que podemos volver a serlo. Es una deducción absurda, por supuesto ("Cartago fue grande y puede volver a serlo"), pero convincente.
Sin embargo, sería un error echarles todas las culpas a ellos. Mírense en el espejo y repitan conmigo: la culpa también es nuestra. ¿Cómo es posible que los educadores hayamos dejado pasar un relato tan simplista sin refutarlo con algunos de los sólidos argumentos de historia y ciencias sociales que se enseñan en el colegio y la universidad? ¿Cómo es posible que los periodistas hayamos permitido a la prensa euroescéptica que dijera lo que le daba la gana y marcara el programa informativo diario de la radio y la televisión? ¿Cómo es posible que los europeístas hayamos subestimado hasta tal punto el doloroso sentimiento de pérdida por la europeización que me he encontrado al ir de puerta en puerta pidiendo el voto por la permanencia, y que ahora grita en las papeletas de la otra mitad de Inglaterra? ("Lo habrás subestimado tú", pueden decirme. Pues sí, amigos, lo reconozco.)
¿Y por qué ninguna generación de políticos británicos ha sabido dar argumentos positivos a favor del proyecto de integración que llamamos "Europa"? Tony Blair ha pronunciado magníficos discursos proeuropeos, en Polonia, Alemania o Bélgica. Cuando pronunció uno en Oxford, le pedí que expresara en público las demoledoras críticas a la prensa euroescéptica que hacía en privado. Lo único que dejó pasar su jefe de comunicación fue un breve párrafo tan ambiguo que daba vergüenza (ha habido ex primeros ministros muy elocuentes, pero sólo después de abandonar el puesto).
Sin embargo, las raíces de este desastre son tanto europeas como británicas. Como suele ocurrir, las semillas de la catástrofe se sembraron en el momento del triunfo, de la soberbia. Sería exagerado decir que se va a erigir un muro en Dover porque se tiró el que había en Berlín, pero sí existe cierta relación. De hecho, hay tres nexos de unión. A cambio de apoyar la unificación de Alemania, Francia e Italia le obligaron a aceptar el calendario para una unión monetaria precipitada, mal concebida y demasiado ambiciosa. Al liberarse del control comunista soviético, muchos países pobres del Este de Europa se encontraron en el camino hacia la pertenencia a la UE, con la consiguiente libertad de circulación. Y 1989 abrió la puerta a la globalización, con sus extraordinarios vencedores y sus numerosos perdedores.
Todos estos elementos han confluido en el referéndum británico. Desde que la crisis financiera dejó al descubierto los fallos estructurales de la eurozona, la debilidad económica del continente ha sido un argumento crucial para los partidarios de irse, igual que su fortaleza económica había sido clave en la campaña para la permanencia en 1975, cuando Thatcher lució el famoso jersey. "En cuanto a los 19 países encerrados en la catastrófica moneda de talla única", decía The Daily Mail el día del referéndum, al pedir a sus lectores que votaran por el Brexit, "pregúntenles a los jóvenes en paro de Grecia, España y Francia si el euro ha sido la base de su prosperidad".
Tras la ampliación de la UE hacia el Este, en 2004, se inició un inmenso movimiento de gente en sentido contrario, y la generosa y equivocada política de puertas abiertas de Blair hizo que alrededor de dos millones vinieran a establecerse en el Reino Unido. A ellos se han unido, en los últimos años, los que buscan trabajo procedentes de Grecia o España. Como, a pesar del thatcherismo, Gran Bretaña sigue siendo sobre todo una socialdemocracia europea, con generosas prestaciones sociales, un servicio nacional de salud accesible y al que el usuario puede recurrir sin pagar nada, y educación pública para todos, estos servicios públicos, así como el parque de viviendas —en un país que durante décadas ha construido demasiado pocas—, han sufrido unas presiones que han repercutido en los más pobres. Es lo que me han dicho en la puerta de sus casas la anciana blanca de clase trabajadora, la peluquera británica de origen asiático y el sirio encargado de una pizzería. Es un error decir que esas personas son racistas. Sus inquietudes son generales y genuinas, y no hay que despreciarlas. Por desgracia, los xenófobos populistas como Nigel Farage se aprovechan de esas emociones, las unen a un nacionalismo inglés subterráneo y hablan, como hizo él en el momento de la victoria, del triunfo de "la gente real, la gente normal, la gente decente". Es el lenguaje de Orwell manipulado al servicio del pujadismo.
Lo que une y refuerza estos dos malestares es una reacción general contra las consecuencias de la globalización, de la que la Unión Europea es un ejemplo especialmente concentrado. Inquietas ante los rápidos cambios demográficos y culturales y la liberalización social y económica, con la sensación (acertada) de que las desigualdades han aumentado, porque la globalización, a unos, les ha beneficiado de forma increíble, mientras que a otros —menos preparados, menos móviles y adaptables—, les ha perjudicado, estas "personas normales" gritan: "No reconozco mi propio país". No es difícil animarles a echar la culpa a unas "élites" enigmáticas, remotas, cosmopolitas y burocráticas. (Gente como yo, por ejemplo. El jueves, cuando tuiteé que había votado por la permanencia, alguien llamado Andy Keech me respondió: "Nunca ha vivido en una vivienda protegida, nunca ha tenido que preocuparse por la factura del gas #voteleave".) Boris Johnson por supuesto, es un clásico producto de la élite (Eton, Oxford), pero sabe hacer la pirueta populista de ser un antielitista, un etoniano del pueblo.
No es un caso de excepcionalismo británico; es la variante británica de un fenómeno que ocurre en toda Europa y, en ciertos aspectos, todo Occidente. Los partidarios de irse han repetido su eslogan de "recuperemos el control" sin parar, porque era muy eficaz. "Recuperemos el control" es el grito de guerra de Marine le Pen, Geert Wilders, el partido nacionalista Ley y Justicia de Polonia, y Donald Trump. Es trumpismo a la europea.
Para mí, después de haber sido siempre europeo inglés, esta es la mayor derrota de mi vida política. Me siento casi tan mal como me sentí de bien el día que cayó el Muro de Berlín. Creo que este es el preludio del fin del Reino Unido. Una mayoría de ingleses y galeses ha sacado a los escoceses de una comunidad europea en la que estos últimos, casi todos, querían permanecer. No debe extrañarse nadie si ahora Escocia vota por la independencia dentro de la Unión Europea. Y este resultado puede poner en peligro la paz y el progreso tan penosamente obtenidos en la isla de Irlanda. ¿Qué sucederá con los 480 kilómetros de frontera abierta entre la República e Irlanda del Norte?
Las divisiones de mi país, Inglaterra, han salido a la luz: Londres y el resto, ricos y pobres, jóvenes y viejos (alrededor del 75% de los menores de 25 años votaron por quedarse). Ha sido un Viernes Negro para la mitad de Inglaterra y el Día de la Independencia para la otra mitad. Vamos a pagar el precio económico durante años. Y los costes recaerán con especial dureza en los ingleses más pobres que votaron por marcharse. Tenemos entre manos una batalla para garantizar que Inglaterra —este país lleno de gente buena, mi tierra tan querida— no se convierta en un lugar más oscuro, mezquino y ruin.
Pero aún peores pueden ser las consecuencias para Europa. "Esta no es una crisis para la Unión Europea", nos aseguró Martin Schultz, el presidente del Parlamento Europeo, en la BBC. Qué arrogancia tan ridícula. Esta es una crisis terrible para la UE, una de las mayores de su historia. Marine le Pen, la mujer que fija en los últimos tiempos la agenda política francesa, tuitea "una victoria para la libertad" y pide un referéndum en Francia. Geert Wilders exige una consulta en Holanda, y el líder de la Liga Norte en Italia añade: "Ahora nos toca a nosotros". Apoyan a Nigel Farage y dan la bienvenida a la "primavera patriótica". Todos los sondeos sucesivos muestran que entre la tercera parte y la mitad de la población de muchos países europeos comparten la desconfianza de los británicos respecto a la UE. Si no aprendemos las lecciones de este rechazo, el 23 de junio de 2016 podría ser el principio del fin de la Unión Europea.
Vladímir Putin debe de estar frotándose las manos de júbilo. Los descontentos ingleses han asestado un golpe tremendo a Occidente y a los ideales de cooperación internacional, orden liberal y sociedades abiertas a los que Inglaterra ha contribuido tanto en el pasado.
"Caer derrotados y no rendirse es una victoria", decía el héroe independentista polaco de entreguerras Jozef Pilsudski. "Salir victoriosos y dormirse en los laureles es una derrota". Los europeos ingleses debemos reconocer que hemos sufrido una derrota, pero no vamos a rendirnos. Al fin y al cabo, el 48% de los que votaron en este referéndum opinaron como nosotros.
En las próximas semanas y los próximos meses se dedicarán hectáreas de papel prensa y gigabytes de páginas web a la lúgubre mecánica de separar al Reino Unido de la Unión Europea. Como han señalado todos los expertos de los que se han reído los partidarios del Brexit, va a ser un proceso largo, complicado y doloroso. Por el momento, tengo unas reflexiones más personales.
Como europeo inglés veo que nos aguardan dos tareas, con cierta tensión entre ellas. Por un lado, ahora que el pueblo ha decidido, debemos hacer todo lo posible para limitar los daños a este país. Y, si resulta que "este país" va a estar formado por Inglaterra y Gales, sin Escocia, que sea la Inglaterra de Charles Dickens y George Orwell, no la de Nigel Farage y Nick Griffin. Como hemos predicho, con toda nuestra buena fe, que las consecuencias del Brexit serán desastrosas, debemos trabajar para demostrar que no teníamos razón. Me encantaría que se demostrara que no teníamos razón.
Por otro lado, como europeos, debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que la UE ha aprendido las lecciones de este penoso revés, cuyas raíces están en la historia europea reciente, además de la británica. Porque, si la UE y la eurozona no cambian, acabarán devoradas por mil versiones continentales de Farage. Y, con todos sus defectos, la Unión todavía merece la pena. Ya he adaptado anteriormente la famosa frase del gran europeo Winston Churchill sobre la democracia: esta es la peor Europa posible, aparte de todas las demás Europas que se han probado en otras ocasiones.
Sin embargo, y aquí está la tensión entre las dos tareas, lo mejor para Gran Bretaña puede no ser lo mejor para el resto de la UE, y viceversa. Si se demostrara que los partidarios del Brexit tenían razón al prometer que el Reino Unido puede tener todas las ventajas económicas de pertenecer a la UE sin ninguno de los inconvenientes —pleno acceso al mercado único sin libre circulación de personas, entre otras cosas—, no cabe duda de que sus homólogos franceses, holandeses y daneses gritarían: "Quiero lo mismo que ellos". Al fin y al cabo, ¿a quién no le gusta tener lo mejor de ambos mundos? Por eso resulta lógico, desde el punto de vista político, hacer que el proceso le resulte visiblemente difícil al Reino Unido, para desanimar a los demás. No me extrañaría que los franceses y algún otro socio sigan esta línea. De hecho, ya están diciendo que, hasta que no se completen los dos años de negociaciones de separación, ni se empezará a hablar sobre la relación comercial y de inversiones posterior.
Con todo esto, parece que mis dos almas, la inglesa y la europea, van a entrar en conflicto. Desde un punto de vista legal, como uno sólo es ciudadano de la UE cuando es ciudadano de un Estado miembro, yo dejaré de serlo, junto con todos los demás británicos —o por lo menos, si los escoceses se escabullen, con los galeses, ingleses e irlandeses del norte—, en 2018 o 2019, cuando terminen las negociaciones. Ahora bien, igual que Gran Bretaña siempre será un país europeo, yo siempre seré, suceda lo que suceda, europeo también.
Entre los numerosos mensajes que he recibido de mis amigos en el continente, hay uno que me ha conmovido especialmente. Es de un intelectual francés, y dice: "Ce n'est qu'un au revoir, mes frères / Ce n'est qu'un au revoir" ("No es más que un hasta la vista, hermanos, no es más que un hasta la vista), la versión francesa de Auld Lang Syne. Debajo, termina: "Amamos a Inglaterra".
Timothy Garton Ash es catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige el proyecto freespeechdebate.com, e investigador titular en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford University. Acaba de publicar Free Speech: Ten Principles for a Connected World.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

sábado, 25 de junio de 2016

Terremoto brexit. Earthquake bexit. Reino Unido.




 Terremoto Bexit
 
 "Ya dije que en caso de Brexit no me sentiría cómodo. Confirmo formalmente que he decidido dimitir". Jonathan Hill, el comisario británico de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Mercado de Capitales de la Unión Europea (UE), ha anunciado hoy por carta su dimisión, que llega tras la votación en Reino Unido para abandonar la UE. Hill, que asumió el cargo en noviembre de 2014, ha precisado que trabajará codo con codo con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, para asegurar "un relevo ordenado". Su cartera la asume el vicepresidente Valdis Dombrovskis. "Acepto su dimisión", ha asegurado el jefe de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en una breve misiva en respuesta a la de Hill.
 Es como irde un club de primera a  uno de tercera.



Earthquake bexit (Traducción automática)


"I said that if Brexit not feel comfortable. I confirm that I have decided to formally resign ". Jonathan Hill, the British Commissioner for Financial Stability, Financial Services and Capital Markets of the European Union (EU ), today announced his resignation letter , which comes after the vote in the UK to leave the EU. Hill, who took office in November 2014, has stated that it will work closely with the President of the European Commission , Jean Claude Juncker , to ensure "an orderly relay". Its portfolio is assumed by the vice president Valdis Dombrovskis. " I accept his resignation " , said the head of the Commission, Jean -Claude Juncker, in a brief letter in response to Hill.


It's like going to a football club first one third
 ..........La City de Londres................. 
El Brexit comienza otro éxodo... pero no precisamente de refugiados. En total, 
entre 50.000 y 70.000 puestos de trabajo de finanzas de Londres se 
trasladarán al extranjero  en los próximos 12 meses y Fráncfort está 
dispuesta a recibirlos con los brazos abiertos...
Al bajar el valor de la libra muchos a muchos españoles no les será rentable trabajar 
allí. 
 Si la libra tuvo fortaleza alguna vez, se ha mantenido muchos años con 
respecto a las divisas más fuertes del planeta, ésta se dilapidó en un 
día desafortunado . Y esto por qué se vaticina unos problemas en su 
economía por la pérdida de mercados internacionales. Una crisis venidera
 es lo que parece. Pérdida de empleo y crisis empresarial .
 
Pero 'Brexit' es únicamente la opción de salida y es un juego de palabras que asocia la palabra Britain (Gran Bretaña) con la palabra Exit (salida).


 
                        Marta López
                     
                     
Viernes, 24 de junio del 2016 - 14:16 CEST

1. ¿QUÉ ES LO QUE CONOCEMOS COMO 'BREXIT'?

El 'Brexit' es como se conoce el referéndum al que ha sido convocados los ciudadanos británicos el 23 de junio para decidir sobre la permanencia o salida de su país en la Unión Europea. Pero 'Brexit' es únicamente la opción de salida y es un juego de palabras que asocia la palabra Britain (Gran Bretaña) con la palabra Exit (salida).

2. ¿CUÁL ES LA PREGUNTA DEL REFERÉNDUM?

"¿Debe seguir siendo el Reino Unido miembro de la Unión Euopea o debe abandonar la Unión Europea?" Esta es la pregunta a la que han respondido los ciudadanos con derecho a voto, que son los británicos, irlandeses y ciudadanos de la Commonwealth mayores de 18 años residentes en Reino Unido y los británicos residentes en el extranjero que hayan estado en el registro electoral 15 años. Los ciudadanos europeos residente en el Reino Unido no tienen voto, a excepción de los irlandeses, malteses y chipriotas.

3. ¿POR QUÉ SE CELEBRA UN REFERÉNDUM?

Esta pregunta tiene que ver más con la política interna británica. Fue una promesa que hizo primer ministro y líder del Partido Conservador, David Cameron, en el 2013. Cameron necesitaba cohesionar al Partido Conservador ante el avance del euroescepticismo y del populista partido UKIP de Nigel Farage. Con esta promesa electoral ganó las elecciones en mayo del 2015 por mayoría absoluta. El pasado febrero llegó a un acuerdo con sus 27 socios de la UE para fijar una nueva relación del Reino Unido con la UE y a cambio hacer campaña por la permanencia.

4. ¿CUÁLES SON LAS BASES DEL ACUERDO REINO UNIDO-UE?

Básicamente, el acuerdo concede mayor soberanía a Gran Bretaña, que le exime de una mayor unión política y permite que parlamentos nacionales puedan bloquear legislación comunitaria, y le autoriza a poner un freno a la libre circulación de trabajadores comunitarios privándoles de ayudas sociales. Fija nuevas reglas financieras en beneficio de Londres para que el Reino Unido, que no tiene el euro como moneda, no se vea tan afectado por las normas y crisis de la eurozona. Para los detractores del acuerdo, este es un traje a medida que socava los principios básicos de la UE. Cameron basa su campaña en tratar de convencer a la opinión pública de las bondades de este acuerdo, que permitirá al Reino Unido permanecer en una UE reformada

5. ¿QUIÉN HACE CAMPAÑA POR EL 'SÍ' Y QUIÉN POR EL 'NO'?

La campaña oficial por la permancia es Britain Stronger in Europe (Gran Bretaña más fuerte en Europa) y la ha encabezado el primer ministro, David Cameron. Pero su partido, el conservador, está partido en dos. Su rival interno y exalcalde de Londres, Boris Johnson, ha encabezado la campaña oficial por el 'no', Vote Leave. Cinco ministros del Gobierno están con él, al igual que 128 diputados conservadores. El Partido Laborista está también a favor de la pemanencia, al igual que los nacionalistas escoceses. El populista Nigel Farage encabeza su propia campaña por la salida de la UE, Leave.EU

6. ¿CUÁLES SON LOS TEMAS DE LA CAMPAÑA?

Son dos básicamente: inmigración y economía. Mientras los partidarios de la salida del Reino Unido han puesto el acento en que una salida de la UE les permitirá gestionar mejor los flujos migratorios, a los que culpan de todos los males que padece el país y de los recortes en educación y sanidad, la campaña a favor de la permanencia ha insistido en las devastadoras consecuencias económicas que tendría la salida en un país que tiene como primer socio comercial la UE. El 44% de exportaciones británicas van a la UE, que le suministra el 53% importaciones.

7. SI EL REINO UNIDO DEJA LA UE, ¿COMO LE AFECTARÍA?

Se establecerá un un plazo dos años para estructurar la salida y fijar el nuevo marco de las relaciones con la UE, que deberán votar los estados miembros. Muchos especialistas apuntan al modelo noruego, miembro del Espacio Económico Europea (EEE). Eso significa pertenecer al mercado interior europeo pero sin derecho a voto ni participar en la toma de decisiones. Noruega contribuye al presupuesto de la UE y debe respetar la libre circulación de trabajadores, algo a lo que oponen precisamente los partidarios de la salida. Se desconoce además si el Reino Unido sería asociado a los Tratados de Libre Comercio de la UE con terceros países. En el caso del que se prepara con Estados Unidos, Barack Obama ya avisó que se deberá poner a la cola.

8-¿CÓMO CONTRIBUYE EL REINO UNIDO A LA UE?

El Reino Unido es el cuarto contibuyente bruto de de la UE con una aportación que en el 2015 fue de 12.900 millones de libras (16.999 millones de euros). Pero la campaña del 'Brexit' eleva esta cifra a 19.000 millones de libras porque no tiene en cuenta el llamado 'cheque británico' (el descuento en la aportación que se calcula aproximadamente como 2/3 del déficit fiscal del Reino Unido con la UE y que ésta le devuelve en forma de prestaciones y transferencias). Según la independiente Autoridad de Estadísticas británica, sin el cheque, el Reino Unido hubiera tenido que contribuir con 17.800 millones en el 2015. No obstante, en términos del contribución neta (si a la contribución bruta se le restan las cantidades que recibe luego), el país es el segundo contribuyente de la UE, solo por detrás de Alemania.

9. ¿CUÁLES SERÍAN LAS CONSECUENCIAS PARA LA UE?

El FMI y otras instituciones financieras internacionales ya han advertido que la salida del Reino Unido de la UE va a tener un gran impacto en una fragilizada ya economía global, de lo que empieza a dar cuenta ya el nerviosismo en las bolsas estos días. Para la Unión Europea, es además un fuerte golpe que llega además en un momento de extrema debilidad y credibilidad del proyecto por los años de la recesión económica, la grave crisis que ha supuesto la llegada masiva de refugiados y la hostilidad creciente de Rusia.

10. ¿CÓMO AFECTARÍA EL 'BREXIT' A ESPAÑA?

España sería la octava economía más afectada si hay un 'Brexit' según un informe publicado por S&P. El análisis, que evalúa a veinte países europeos, indica que Irlanda, Malta y Luxemburgo serían las economías que más sufrirían por esta potencial salida de la UE. Las relaciones comerciales entre España y el Reino Unido están valoradas en 55.000 millones de euros al año y según datos del ICEX, en el Reino Unido existen más de 300 empresas de capital español, mientras que en España hay casi 700 sociedades británicas.
Además, hay actualmente unos 200.000 españoles en Reino Unido, cuya situación quedaría en el aire. Durante dos años, mientras se negocia la relación del Reino Unido con la UE, podrían seguir en el país pero luego quedarían a expensas de las decisiones que pueda tomar el Gobierno británico, como implantar permisos de trabajo.