ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Dedicado a Antonio Burgos, el de Hispalis



    Qué feliz te veo Antonio Burgo, Antoñito el de Hispalis, el cronista incendiario de ABC mañanero que tira desde un coche de caballos un gitano giraldero, con tus crónicas trianeras, tronos de Vírgenes y Critos imposibles de recordar, costaleros ya jorobados pero con el alma más tiesa que los cañones de una escopeta, tus paseos por esos rinconcillos de casa blasonadas que tienen debajo un bar diminuto donde ponen un solera con cacahuetes que te quitan el sentió o vinos racios de pasas Quitapenas.  Y esos largos paseos por el Arenal con tus zapatos de rejilla que rima con Sevilla y esos pinreles que también saben escribir como tus largos dedos de vista cansada llenos de gracia que parecen bolaeras y abanicos de huesos y falanges que recuerdan a la bailaora Gregoria Ortega, madre de los toreros Joselito y Rafael, Gallos los dos, por descendencia paterna, gitanos y valientes, y esa hermana Lola casada con el play-boy torero Ignacio Sánchez Méjías, más hombre no puedo ser con la Argentinita, y el mozo granaino García Lorca al piano.
   Pero en fin estas son otras historias, porque no sabes amigo ¿desde cuándo somos amigo tú y yo?, si nunca nos tomamos juntos unos vinos con caracoles pincantes (cabrillas) detrás de Correo, por ese calle de Tomás Ibarra, Torre de la Plata, y sin querer te metes en la Torre del Oro, la Gorda y Fea que ya no tiene ni oro ni piratas, que desembarcan por ese río Guadaquivir que vio morir a Antoñito el Camborio, a manos de sus cuatro primos Heredia. Es que los amigos de verdad no son amigos hasta que se comen juntos unos caracoles. Y es que los piratas de la pata coja y el ojo vendao ya no vienen por "el río de la gracia y el salero" que  cantara el poeta sevillano  J.Antono Cavestany; sino que vienen con trajes y móviles Nokias (ya no llevan maletines) saliendo por la puerta de atrás Palacio de San Telmo.
   Pero Antonio, cómo es posible resistir tanto tiempo en primera línea de  playa literaria, con sombrillas traidoras que te colocan a la 6 de la mañana digital, mañanera de ese azul que es repondón y casi pecado de carretas al Rocío llenas de chavalas con vestidos largos y decentes rocieros y faralais. Y otra vez cuando te pongas a la Olivetti eléctrica acuérdate de los que vamos a sufrir con esos ERES que a la aladid Ayala se le ha metido en el moño acusar a los pobres chicos de la Junta de Andalucía con su "califesa" Susana Díaz a la cabeza, espolón de embarque y escudo en primera línea de la Troya de los Griñanes y los Chaves.
     Tú, Antoñito el de ABC, el de Hispalis que sabes las tonas de muchos palos, sí que sabes dar y doblar la caña de maíz en las espaldas de estos sociatas que se agarran al ancla de Andalucía como una lapa de Chipiona a la cadena de hierro como si fuera de oro. Y ni siquiera esos moros que quieren reconquistar Al Andalus hasta Despeñaperros o hasta Toledo la de el Greco, pueden sacarles de la poltrona amaestrada, ni los del PP que el pobre candidato Arenas tuvo que auto-cesar dando gritos de tongo porque IU se hizo fuerte en el Corral de la comedias de la Junta por San Telmo y otras mazmorras sevillana, quizás por la antigua cárcel de La Inquisición, por ese muelle de madera  de la calle Betis por donde salió Magallanes y sus cinco caravelas para encontrar un estrecho en Tierra de Fuego que nunca fue rentable.
    Y es que tienes tú que seguir, sí seguir con ironía, con gracia, con sátira elegante de la que no duele, de la que va "sinpecado" de despacho en despacho convertidas tus crónicas en hojas clandestinas que se guardan en los cajones secretos de la Junta, para después, de noche leerlos a la luz de un candil que un ángelillo o querubín de la catedral sostiene a duras penas para leerlo en la cama Susanita.
    ¡Feliciades y enhorabuena. A seguir!

Ramón Palmeral