ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

sábado, 10 de agosto de 2013

Las películas violentas



Por Aurora Bosque

No entiendo el gusto por las películas violentas, sangrientas o de miedo. O la gente se ha vuelto loca o hemos tomado un rumbo violento, o por el contario es que nuestro cine también se ha contagiado de la películas norteamericanas, asiáticas o de otros países donde la guerra, la violencia innecesaria, el crimen, el asesinato, el abuso está en las pantalla de los cines.

Pero lo que es peor aún en las televisiones, en todos los canales nos ofrecen películas basuras de paquetes o series violentas de extremo impacto, lo cual es muy desagradable, e incluso mis niños las ven y se ríen, quizás porque están perdiendo el sentido de la compasión, o la sensibilidad.

Vemos lo que nos ponen, el gusto de los norteamericanos por el crimen se debe a su doble hipocresía, a su doble moral, a su falso puritanismo: censuran las palabras obscenas: tetas, culos, penes o insultos. Ellos se ruborizan, en cambio cuando un tipo loco, o el policía de turno dispara con una ametralladoras y matan a cientos se ríen, no les importa la sangre por las pareces, tampoco. Luego van a la iglesias y cantas aleluyas, Dios está en el dóllar, se ve que es el Dios violento de la Biblia.

El sexo está prohibido, las armas no. Las escenas de cama sólo son exportables para países como el nuestro con una morarl tolerantes.

Nuestros directores copian el cliché de este tipo de películas porque son las únicas que nos dejan ver. Creen que son las únicas que venden o son rentables.

He dejado de ir a las salas de cine, no por cuestión económica, sino porque toda las películas o son violentas o no valen nada. Quizás hace falta un cambio de mentalidad en nuestros directores, el amor también existe. Y los Love Stoys los echamos de menos.

He empezado a dejar de ver la televisión, y alquilo películas que puedo tolerar.