ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

domingo, 17 de marzo de 2013

El número dos de la Economía del Vaticano en un español

La Iglesia Católcia  necesita mucho dinero, dice que ni especular, ni blanquear dinero es pecado. Jesucristo esra un pescador de hombres, la Iglesia un pescador de Euros.
El Papa Paco habla de pobreza franciscana en la Iglesia, con el tiempo todo se verá.

No especularás no es un mandamiento, por lo que las finanzas de la Iglesia pueden tener orígenes muy diversos. El número dos de la economía del Vaticano es un español, monseñor Lucio Vallejo, un religioso de 51 años, procedente de Astorga (León), en cuya diócesis ejerció de ecónomo durante 20 años. Miembro del Opus Dei y protagonista de una carrera tan eficaz como discreta, algunos analistas se preguntan si su perfil será del agrado del nuevo papa Francisco, un jesuita. Porque si en algún punto un jesuita tiene poco que ver con un miembro del Opus Dei es en su forma de interpretar el mundo a través de la economía. Y, dado el caso, las operaciones en Bolsa y la especulación (inmobiliaria) han sido dos de los ejes capitales de la gestión de monseñor Vallejo.
 Cuando en el verano de 2001 se supo que algo más de 300.000 euros confiados al ecónomo de Astorga habían caído en Gescartera, alguien pudo pensar que la sólida trayectoria del padre Lucio Vallejo estaba a punto de tocar a su fin. Gescartera era un chiringuito financiero de dudosa honradez que resultó ser el primer escándalo del Gobierno de Aznar. Varias diócesis españolas fueron sorprendidas jugando a la renta variable, con fondos propios o confiados por los feligreses, en un asunto que la Iglesia resolvió sin explicaciones, como viene siendo habitual. Vallejo tampoco se vio obligado a dar alguna respuesta en público.