ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

domingo, 11 de marzo de 2012

Tàpies, chamán del arte contemporáneo, por Dionisio Gázquez


Tàpies, chamán del arte contemporáneo
Información, 6 de marzo de 2012


DIONISIO GÁZQUEZ (pintor y creador alicantino)

Al recibir en los medios la noticia de la muerte del pintor Antoni Tàpies Puig, uno no deja de sentir un cierto temblor interior, similar al experimentado cuando en 1973 nos abandonara Pablo Picasso o Joan Miró, el cual fallecería una década más tarde. Tres artistas de nuestra piel de toro -importantísimos y fundamentales- que, con sus geniales contribuciones, llenaron de nuevas y fértiles energías plásticas el Arte del siglo XX. La excelente creatividad y valiosa producción de estos excepcionales creadores, nos deja un legado de enorme significación para entender las claves del arte contemporáneo y su gran repercusión en muchos artistas de generaciones posteriores.
Si bien, los genios Picasso y Miró fundamentalmente desplegaron todo su gran potencial creativo en la primera parte del siglo XX, Antoni Tàpies lo hará a partir de la segunda mitad; concretamente será en el año 1950 cuando el historiador de arte José María Gudiol le organizará su primera exposición individual en la Galería Layetana de Barcelona, con una obra no exenta de influencia kleeniana, mironiana y surrealista. El surrealismo y el dadaísmo serán el origen de los intereses plásticos y conceptuales del artista, en ese periodo de su pertenencia al grupo catalán Dau al Set (1948-51); no obstante, su obra se adscribirá pronto -con gran contundencia y radicalidad- a la corriente abstracta del informalismo, surgido tras la Segunda Guerra Mundial, que se desarrollará ampliamente a ambos lados del Atlántico durante los años cincuenta; manifestando en el caso de Tàpies un gran interés por la materia, como también lo expresarán Fautrier, Dubuffet, Alberto Burri o Manolo Millares (este último perteneciente al grupo vanguardista madrileño El Paso, fundado en 1957), pero que, en el caso de nuestro artista catalán pronto adquirirá una personalidad diferenciada e inaudita que, genialmente, desplegará de un modo amplio, rico y hasta términos insospechados. La "materia" entendida por Tàpies como elemento científico, físico y tangible de la realidad, pero sobre todo por su capacidad de ser utilizada -artísticamente- como sustancia simbólica, mágica y alquímica. La enorme capacidad de investigación y experimentación de Tàpies en este terreno, hace de este creador chamánico el gran artista matérico del siglo XX.

Tàpies en el MACA de Alicante

En un tiempo de gran debate sobre la abstracción, Tàpies supo construir con sus particulares versiones del assemblage y experimentos expresivos del arte povera, una genuina filosofía plástica donde converge la conciencia de lo abstracto y lo real, tamizado por un singular pensamiento creativo, libérrimo, antiacadémico y sin límites. Un modo peculiar de entender el entrecruzamiento entre las corrientes de informalismo y del realismo pop. En este sentido, ambivalente, de sus formalizaciones plásticas, son emocionantes las lúcidas reflexiones sobre el sentido del realismo en la obra de Tápies del pintor realista Antonio López.
Otro aspecto a destacar del mundo tapiesco, como bien alude en su texto Juan Manuel Bonet en el catálogo de la exposición DUAL-ES. Tàpies frente a Tàpies que, en estos días tenemos la oportunidad de contemplar en el MACA de nuestra ciudad, es la gran pasión de Tàpies por la lectura y la bibliofilia (no en vano, su madre María Puig i Guerra perteneció a una destacada familia catalana de libreros) poseyendo el artista una extraordinaria y valiosa colección, como bien precisa Bonet: "una biblioteca de fábula". Indudablemente estamos ante un gran mago de la investigación plástica, pero no sólo eso, dado que el aspecto especulativo en Tàpies es también fundamental para explicar su trayectoria, y lo vierte con gran capacidad reflexiva en sus enjundiosos ensayos y escritos: La práctica del arte (1970), El arte contra la estética (1974), Memoria personal (1977), La realidad como arte (1982), Por un arte moderno y progresista (1985), El arte y sus lugares (1999) y Valor del arte (2001). Todo ello, demuestra que en las preocupaciones de Tàpies hay una gran profundidad ontológica e interés por la estética y la filosofía. Asimismo, el artista encontrará y defenderá una actitud espiritual inspirada en las filosofías y religiones orientales, centrada principalmente en el budismo zen.
A mi memoria acude el impacto y fruición contemplativa que recibí al ver la retrospectiva de Tàpies en el Museo Reina Sofía, patrocinada por la CAM y celebrada en la primavera del año 2000. Espléndida muestra en la que nuestro gran artista nos reveló medio siglo de sus sorprendentes experimentos plásticos.
La tenacidad, obstinación y fuerza expresiva demostrada en el tiempo por el proyecto artístico de Tàpies. Sus ideas políticas y sociales; la permanente defensa del artista sobre la libertad de creación y de pensamiento y, el compromiso nacionalista del pintor con su amada Cataluña, hacen de este creador excepcional un referente de la cultura de nuestro tiempo y un personaje donde converge de manera coherente una franca actitud moral, ética y estética.